jueves, 6 de enero de 2011

Esclavos hoy.

¿Alguien cree desaparecida la esclavitud? Esos que se matan por llegar a tiempo de marcar un reloj como chicos obedientes para dedicar horas a trabajos sin sentido, tragando la ira, aburridos del subte, el tren y el colectivo y todo esas horas desangrándose...¿realmente se creen útiles y serviciales? Útiles y serviciales ¿para quienes? A la hora de la paga son subvalorados y si reciben satisfacciones, bucean en la inseguridad, temiendo el sobre o el telegrama con la novedad del despido. Y hablo de los que piensan que están mejor, de los que se sienten incluídos. En algún momento, los 27 suicidas de Telecom en Francia posiblemente se sintieron "elegidos" por el sistema. Pero el sistema dentro del sistema de la empresa los presionó, humilló, desvalorizó pasando todos los límtes de resistencia. Es cierto que están los sndicatos...pero los hay de muchas clases y no estoy diciendo nada nuevo. En la década del 90, aquí en Argentina, se privatizó todo, cerraron las fábricas, quedaron desiertas, y miles de trabajadores se fueron a la calle. Habría que conocer el desarrollo y el desenlace de todas esas historias.
Hoy día muchos reencontraron trabajo, han vuelto a sentirse incluídos pero...¿el nivel de inclusión es idéntico para todos? Están los que se han conformado con los más miserables trabajos para terratenientes, en negro y humillados otra vez, por siempre. Sin duda otros está mejor. Pero el sistema no está en condiciones todavía de incluír a todos de maneras convenientes y dignas.¿Podrá hacerlo este sistema sin cambios radicales? ¿Será posible sin un cambio de conciencia en quienes creen manejar la humanidad en uso de privilegios inimaginables para el común de los mortales como nosotros? Ahora bien: no he dicho nada. Hay un nuevo modelo de esclavitud. Ya sabemos de familias coreanas encerradas con candado, trabajando día y noche, sin más defensa que la ocurrencia de alguien que, advirtiendo, algo extraño, inusual, ha alertado a las autoridades. Hubo y hay mucho de éso. Pero ahora me refiero a esclavos argentinos y voy a citar "Página Doce" del domingo 2 de enero, en cuya carátula puede leerse lo siguiente: "Un procedimiento judicial, realizado este fin de año en San Pedro, reveló que la transnacional Nidera, una de las mayores exportadoras de cereales, tenía reducidos a condiciones de servidumbre a 130 trabajadores, entre ellos 30 niños y adolescentes, que no sabían donde estaban, no podían salir y no tenían ni luz ni agua. El director de Bromatología de San Pedro dijo que las condiciones eran las de un campo de concentración". Quien quiera más información y de la más directa y esclarecida, ingéniese para encontar este ejemplar de Página Doce y en la página 2 encontrará la nota de Horacio Verbitsky presentada de esta manera: "Trabajo esclavo para una trader cerealera evasora". " UNA VIDA NUEVA": "El procedimiento realizado el 30 de diciembre en San Pedro ilustra de qué son capaces los mercados sin control. Nidera, transnacional granera que la AFIP denunció por evasión de 260 millones, tenía encerrados a 130 trabajadores del Norte, adultos y adolescentes, que no sabían donde estaban, no podían salir, no tenían luz ni agua y se les descontaba del salario en negro las provisiones que la empresa les vendía a precios alucinantes, incluyendo fideos gratuitos de los planes sociales de Scioli". A los interesados los dejo con la nota impresionante y las fotos que gritan. Por supuesto no se trata de un caso aislado, seguramente mucha gente de San Pedro ha hecho la vista gorda, pero no es el único lugar elegido para semejante escándalo moral y social. Se sabe de más. Sólo hay que proponerse investigar. Si alguien no argentino lee ésto, le aclaro que San Pedro es una localidad de la provincia de Buenos Aires, a no demasiada distancia de la frívola y elegante capital (según se mire). Para terminar cito un fragmento de la nota: " Les anotaban 80 pesos por una bolsa de papas, 65 por una de cebollas, 54 por un pollo, 17 por un atado de cigarrillos, ocho por un kilo de pan viejo y dos por recargar la batería del celular". De manera que apenas podían cobrar nada hechos los descuentos. ¡Una historia muy vieja: pensemos en las facendas en Brasil...en un famoso cuento de Horacio Quiroga....Benditos sean los abolicionistas de todos los tiempos. Incluso de ahora.

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