lunes, 14 de marzo de 2011

Reflexión.

Esta noche me siento muy lejos de intrigas y agravios. Aplaudo la nota del director de la Biblioteca Nacional (respecto a la venida de Vargas Llosa para abrir la Feria del Libro en Buenos Aires). Fue sincera, tuvo el apoyo de artistas e intelectuales. Pero también aplaudo la elegante decisión de la Presidenta de frenarla. Una muestra de gran estadista y una lección de cortesía digna de una dama. Me faltaba mencionar ésto en mi nota anterior.
Pero esta noche solamente quiero reflexionar en la inmensa calidad humana del pueblo japonés en medio de la adversidad.
El secretario de Masaru Emoto ( que felizmente se encuentra bien junto a su esposa) está difundiendo testimonios de nobles y ejemplares actitudes del pueblo japonés.
No hay rapiñas ni violencia. Las personas cuidan el orden, se mantienen en calma, se muestran pacientes y, por encima de todo, hay demostraciones de muchísima solidaridad, hasta en los más pequeños detalles, ayudando cada cual con lo que puede. Y sosteniedo la cortesía proverbial de su cultura y tradición.
Que Dios los Bendiga y guarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario