sábado, 11 de diciembre de 2010
Estallaron los límites.
Jesús es mi Guru Deva, mi Maestro Divino, y la relación íntima y misteriosa con él es grave responsabilidad porque me recuerda cada día "no juzgar". Se me ocurre que es también un pesado problema, si entra en la conciencia, para los obedientes cegados de cierta poderosa institución religiosa que, usando Su nombre en vano, o distorsionando su mensaje, ha alentado la muerte de millones de personas, a través de siglos ....... hasta ayer no más. Por otro lado siento una tierna amistad por el príncipe que alcanzando la máxima budeidad, plenamente iluminado, enseñó amabilidad y compasión para todos los seres sintientes. Se mantiene el problema para mí porque necesito expresar un juicio sobre alguien y lo siento imperioso. Me sereno, entonces, recordando que, si no soy apta para hacer un juicio sobre la totalidad de esa persona que, como todos, lo sepa o no, tiene un rastro de divinidad en si mismo, algo que podríamos llamar "alma", sí puedo cuestionar sus acciones que si afectan gravemente a otros inevitablemente lo afectan también a él. Este tal, objeto de mofas y burlas así como de defensas insostenibles desde la más pura razón, con lo que no estoy de acuerdo, ofrece el flanco más vulnerable que son sus acciones y el abuso de una autoridad muy mal comprendida. Si un gobernador actúa solamente como un empresario queda obvio que asumió el cargo desde una gran confusión, con una fantasía de político y hasta presidenciable que, por infantil, se podría disculpar. Así que me quedan las acciones. Sin tocar la posible esencia de Mauricio Macri puedo cuestionar su deplorable gestión que, en villa Soldati, como en las escuelas derruídas y los hospitales abandonados, así como la gente en la calle recibiendo el mismo tratamiento que el embaldosado viejo y destruído de la ciudad, se ha hecho trizas. ¿Irse a tiempo? Ya no creo que lo deje la Justicia. ¿Seguir diciendo "no se", o " me equivoqué", o decir "si" para después decir "no"? No creo que pueda sin avergonzar hasta a su propio padre. Las acciones, Sr. Macri, toman la palabra. Tal vez pueda redimirse soportando, la cabeza gacha, el debido juicio político que usted mismo pidió para otros. Y todos sabemos que tendrá que responder por bastante más ante la Ley.
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